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sábado, 27 de octubre de 2018

Trasplante de células madre contra el cáncer

Las células madre son células inmaduras que terminan transformándose en los diversos tipos de células sanguíneas maduras:

  • Glóbulos rojos (eritrocitos), que transportan el oxígeno.
  • Plaquetas, que ayudan a la coagulación de la sangre.
  • Glóbulos blancos (leucocitos), que ayudan a combatir las infecciones.
Un trasplante de células madre sustituye las células defectuosas o dañadas en pacientes cuyas células sanguíneas normales se han visto desplazadas por las células cancerosas. También pueden emplearse trasplantes para tratar trastornos hereditarios, como la anemia drepanocítica, o para ayudar a que los pacientes se recuperen o toleren mejor el tratamiento del cáncer. 
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Vacunas de células madre para prevenir y combatir el cáncer

Un estudio con ratones muestra que la inyección de iPS es eficaz para entrenar al sistema inmune para encontrar y destruir las células cancerígenas

Las células pluripotentes (iPS) son un tipo de células madre con la capacidad para diferenciarse en cualquier tipo de célula del organismo. Por tanto, y cuando menos en teoría, estas iPS pueden ser empleadas para crear órganos y tejidos sanos para reemplazar a aquellos deteriorados por una enfermedad. Tal es así que las terapias con iPS podrían suponer el futuro de la medicina.

De hecho, estas iPS pueden ser utilizadas para enseñar a combatir a las células cancerígenas. O lo que es lo mismo, estas iPS pueden ser empleadas como una vacuna frente al cáncer específica para cada persona.


Los autores del estudio cogieron células de la piel o de la sangre de un modelo animal –ratones– y las reprogramaron para convertirlas en iPS con el objetivo de analizar si compartían alguna característica con las células cancerígenas. Y lo que vieron es que, efectivamente, tanto las iPS como las células malignas presentan en sus superficies unas proteínas que, denominadas ‘epítopos’, generan una respuesta inmune. Concretamente, estos epítopos son las moléculas a las que se unen los anticuerpos fabricados por el sistema inmunitario.

Cultivo de iPS en el laboratorio

El siguiente paso fue inyectar las iPS en sus ratones de procedencia. Y para ello, dividieron a los animales en cuatro grupos:

  1. El primero en el que en lugar de las células madre se inoculó una inyección salina
  2. Otro en el que las iPS habían sido irradiadas para evitar la formación de teratomas –tumores de un tejido distinto de la línea celular para la que se realizó el trasplante de células madre
  3. Un tercero en el que no se inocularon células madre, sino un agente farmacológico potenciador del sistema inmune–un ‘adyuvante’–
  4. Un último grupo en el que se administraron tanto las iPS como el adyuvante.
¿Y qué pasó? Pues que transcurrida una semana, todos los animales desarrollaron un tumor de mama en el sitio de inoculación. Pero hubo una diferencia: si bien los tumores crecieron rápidamente en tres de los grupos, en siete de los 10 animales tratados con las iPS y el adyuvante se observó una importante reducción de la masa tumoral. De hecho, dos de estos ratones fueron capaces de rechazar completamente todas las células cancerígenas y de vivir más de un año tras el trasplante del tumor. 

https://www.mdanderson.es/el-cancer/tratar-el-cancer/trasplante-de-celulas-madre



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